Para que las socias de nuestra cooperativa os conozcan mejor ¿Qué es bodegas Ostatu?
Durante varias generaciones, los miembros de la familia Sáenz de Samaniego nos hemos dedicado a la viticultura. De hecho, hay constancia de nuestra vinculación con el viñedo desde el S. XVI, donde nuestros antepasados utilizaban una bodega ubicada en el barrio de Matarredo con calados subterráneos excavados en la roca.
Esta misma forma de elaborar vinos es de la que hemos sido testigo con nuestro abuelo y más tarde con nuestros padres, Doroteo y Mª Asunción. Ellos fueron los que a finales de los años 60, aunando un fuerte compromiso con el trabajo, una incipiente visión de futuro y una decisión constante apostaron por la comercialización de sus propios vinos, construyendo la nueva bodega, donde nos encontramos hoy, anexa al edificio señorial construido en el S. XVIII como venta-posada en el camino entre Laguardia y Vitoria.
En OSTATU tenemos una forma de entender el vino y la vida centrada en la búsqueda de la excelencia a través del equilibrio entre el ayer y el hoy, sin estar pendientes de modas.
¿Es el sector vinícola un sector concienciado con el desarrollo sostenible?
En general sí. Además de construcciones que por norma tiene que tienen en cuenta la eficiencia, energética, cada vez más se cuidan aspectos como el uso del agua, gestión de residuos etc. Esto supone un ahorro, un compromiso con nuestro entorno y responde a la demanda de nuestros clientes, que exigen cada vez más, el hecho de la actividad económica de una empresa tenga el menor efecto posible en términos medioambientales. Es un fenómeno que puede extenderse a otros sectores.
Dentro del compromiso de Bodegas Ostatu con la sostenibilidad, habéis dado el paso de cambiar vuestro consumo eléctrico y haceros socias de Goiener, ¿cómo surge la idea, por qué Goiener?
Al realizar nuestra auditoria energética, vimos de posibilidad de poder mejorar en nuestra eficiencia económica de forma importante, optando por Goiener, aunque no fuera la opción que más ajuste económico nos aportaba, pero si suponía un aporte diferencial al garantizar el origen de la energía en fuentes limpias y renovables y así como también al ser parte de nuestro entorno social y económico. Compartimos con Goiener la filosofía de fomentar lo local y de impulsar redes de colaboración con entidades cercanas.
¿Podríais comentarnos vuestra experiencia al hacer el cambio?
El cambio fue de lo más sencillo. Primero quisimos conocer bien el proyecto y una vez que vimos que es un proyecto sólido que cuenta entre sus socios con empresas y ayuntamiento nos generó la confianza necesaria. Todos los trámites corrieron a cargo de Goiener, fue algo muy rápido y no hemos notado ninguna diferencia en nuestro día a día.
¿Animaríais a otras empresas y en especial a las bodegas del entorno a dar el paso apoyar las energías renovables a través de una cooperativa como Goiener?
Sí claro, les animaría a conocer el proyecto y dar el paso porque supone implicarse directamente en una iniciativa alternativa y libre, que proporciona un ahorro económico y un desarrollo territorial propio.