El proyecto CHESTER, tras cinco años de investigación científica, demuestra la validez teórica y experimental de un sistema inteligente y flexible de gestión de energías renovables para el futuro.
Durante los últimos cinco años, el consorcio CHESTER ha estado desarrollando un innovador sistema de gestión de la energía denominado almacenamiento de energía térmica comprimida, o CHEST por sus siglas en inglés, que es un tipo específico de batería de Carnot. Este sistema se compone de la combinación de tres tecnologías diferentes: bomba de calor de alta temperatura, almacenamiento de energía térmica de alta temperatura y ciclo Rankine orgánico.
En resumen, cuando se dispone de un exceso de electricidad, la bomba de calor la convierte en calor, que se almacena en un sistema de acumulación de energía térmica hasta que se necesita electricidad. Cuando se necesita, este calor se convierte de nuevo en electricidad mediante el ciclo Rankine orgánico. Al ser un sistema inteligente de gestión de la energía, capaz de gestionar eficazmente distintas fuentes eléctricas y térmicas, el sistema CHEST es un gran activo, ya que puede ser algo más que un sistema de almacenamiento de energía puramente eléctrica.
El sistema puede integrar eficazmente fuentes de electricidad renovables como la eólica y la solar, así como calor residual de baja temperatura y energía solar térmica. Además, es capaz de suministrar no sólo electricidad, sino también, actualmente, calor a una temperatura de hasta 125 grados centígrados para, por ejemplo, entornos industriales o redes de calefacción urbana. Todas estas características hacen del sistema CHEST una tecnología prometedora para entornos industriales, ya que las fuentes de energía sobrantes -electricidad o calor- pueden utilizarse posteriormente en función de la demanda, ya sea en electricidad o en calor. Dentro del proyecto CHESTER, el consorcio ha desarrollado y probado con éxito un prototipo de laboratorio CHEST, el primero de su clase.
Las pruebas iniciales de los tres componentes demostraron que se cumplían los objetivos de diseño y que los prototipos son plenamente funcionales. La puesta en marcha, las pruebas y el análisis del prototipo completo del laboratorio CHEST han demostrado la viabilidad y el potencial de este concepto. La entrada de electricidad a la bomba de calor fue de unos 10 kWel, y el ciclo Rankine orgánico produjo hasta 9 kWel. El sistema combinado de almacenamiento latente y sensible permitió una adaptación flexible a parámetros operativos variables. Se obtuvieron conocimientos sobre futuras mejoras y posibilidades de desarrollo de los distintos componentes y del sistema en su conjunto.
Este novedoso prototipo se ha puesto en marcha y probado con éxito, demostrando un funcionamiento estable del primer sistema CHEST de su clase.
Maider Epelde, coordinadora del proyecto CHESTER, ha subrayado que «hoy en día los resultados de CHESTER son clave hacia un sistema inteligente y flexible de gestión de energías renovables para el futuro de Europa«. Sin embargo, aún son necesarias más investigación e innovación para llevar la tecnología a escala real.